En el contexto actual de cambio climático, Enel Distribución ha establecido la protección del capital natural y la contribución al desarrollo económico sostenible como pilares estratégicos en la planificación, operación y desarrollo de sus actividades. Un ejemplo concreto de este compromiso se materializó en la reciente construcción de una canalización eléctrica subterránea en la comuna de San Joaquín, parte de las obras de extensión de un alimentador de la compañía. Al instalar las redes eléctricas bajo tierra, se reduce la tasa de fallas debido, por ejemplo, a la interacción con el arbolado urbano durante eventos climáticos y, por tanto, se apunta a mejorar la calidad del servicio.

Esta medida mejora la apariencia de la zona al eliminar los cables aéreos, contribuyendo a una visual más armoniosa de la esquina intervenida. Esta decisión es parte integral de las obras destinadas a mejorar la calidad del suministro en las áreas de concesión de la empresa.

En los trabajos se utilizaron por primera vez áridos reciclados para el relleno de las canalizaciones, destacando el enfoque sostenible de Enel Distribución y el compromiso con realizar acciones más allá del cumplimiento normativo.

“Un segmento de la obra se realizó con materiales circulares, los que provienen de residuos de construcción y demolición de otras obras, una medida pionera que demuestra la factibilidad y escalabilidad de acciones de economía circular para la construcción de redes eléctricas, en sinergia con empresas contratistas”, señaló Mónica Céspedes, especialista ambiental de HSE de Enel Distribución.

La actividad se enmarca en el proyecto Infraestructura Sostenible, orientado a implementar acciones sostenibles en los proyectos de construcción de redes eléctricas, mediante la gestión eficiente de materiales de obras y un estrecho relacionamiento con la comunidad local. Durante este plan piloto, se testeó la aplicación de 8 m³ de áridos reciclados como subbase para reposición de veredas. Los ensayos realizados certificaron que este material cumple con los requisitos normativos, permitiendo así finalizar exitosamente el piloto y demostrar la escalabilidad de este proyecto.

“Lo que están haciendo es buenísimo porque estamos en una era en la que hay que reciclar y reutilizar todas las cosas. Eso es bueno, la idea es que se avance”, comentó Alejandra Henríquez, vecina de San Joaquín, reflejando el apoyo comunitario sobre estas acciones.

Los áridos, como arena, grava y gravilla, se usan como agregados en hormigones y también se usan en mezclas granulométricas en obras de infraestructura. Actualmente su demanda supera significativamente a su oferta, lo que favorece a la extracción ilegal del material y genera grandes impactos ambientales. Los áridos reciclados son una alternativa que ha demostrado su equivalencia con los naturales, sumado a que contribuyen a reducir sustancialmente los volúmenes de residuos de construcción.

“La iniciativa refleja la política de sostenibilidad empleada por la compañía que promueve la circularidad de los materiales, extendiendo su vida útil y minimizando la necesidad de extraer nuevos recursos naturales para nuestras obras constructivas. Esto se complementa con un relacionamiento    temprano con los vecinos y vecinas para para asegurar un impacto positivo tanto social como ambiental”, aseguró Camila De la Quintana, responsable de Sostenibilidad y Economía Circular de Enel Distribución.

El proyecto demuestra el compromiso diario por reducir y mitigar cualquier efecto negativo sobre el planeta, protegiendo así a las generaciones presentes y futuras. Enel Distribución está comprometido en extender este enfoque de Infraestructura Sostenible a más comunidades, ampliando su alcance en todos los territorios de su área de concesión.